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HABLAR DE ARBOLES

  • Oscarín poeta itinerante
  • 20 may 2015
  • 41 Min. de lectura

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LOS PULMONES DE LA VIDA

Alguna vez escuche en voz de un maestro de ecología que tuve, decir: “Nos alimentamos más por las narices que por la boca”- Y ¿Cómo es eso?- Pregunté- A lo que alegó: Uno puede estar hasta cinco días sin comer, pero no, cinco minutos sin respirar, y si ese oxígeno lo medimos en kilos, serían más o menos alrededor de quince kilos en 24 horas, mientras que de alimento no superamos los dos kilos en el mismo periodo de tiempo. Eso me llevó a la siguiente reflexión: Debemos producir más oxígeno. . . y ¿Cómo? Es la gran pregunta. Si nosotros los humanos debemos consumir y no tenemos la forma de producirlo, es decir, debemos recurrir al reino vegetal. Ahora bien, la otra gran pregunta que debemos realizarnos es: ¿Dónde está quedando el verde? Y la respuesta la encontré aquí: ¡Lo estamos tapando con hormigón, asfalto y otras cositas! Alguien me podrá alegar diciendo “En algún lugar tenemos que vivir” Claro que sí, y ese no es el problema, el problema es, el cómo lo hacemos. ¿Sabemos compartir? ¿Sabemos darle valor al bien? ¿Hacemos de nuestras vidas, un proceso sustentable? ¡Cuidado como pensamos y obramos! Que si cuidamos y queremos al planeta, no lo debemos hacer por él simplemente, sino por nosotros mismos. El planeta está vivo. . . y seguirá estando vivo. Porque cuando a él se le ocurra pegar un par de corcovos, no se de dónde nos vamos agarrar, si no tenemos los árboles. No seamos tontos. Cuidemos lo que tenemos, que aquí los primeros que vamos a sucumbir, en caso de cataclismo seremos nosotros y allí no va a importar si tenemos fama, dinero, empresas, o somos unos “pelagatos”. Cuando digo todos es: Todos. Aparte, es tan lindo vivir asombrándose permanentemente de las bellezas de la creación, que es un desperdicio realmente vivir para contar dólares nada más. Aunque ¡Qué paradoja! también son verdes. Así dicen. Yo todavía no los conozco. Aunque hay que decir también que no es solo esa moneda la que circula en el mundo. . .hay otras, aunque muchos vivan encandilados por ella.

Bueno, no despotrico más de mi falta de dinero. A continuación dejo a mis lectores algunos escritos que diagramé en mis horas de charlas con los alumnos de las escuelas de mi ciudad, en esas hermosas jornadas en decíamos al unísonos “Juntos preservaremos el mundo”

CAMPAÑA POR LOS ÁRBOLES DE MI CIUDAD

El árbol es un ser autótrofo, es decir, produce su propio alimento y gracias a esa particularidad, es también capaz de producir oxígeno en una ciudad. No existe máquina alguna creada por el hombre de hacer lo que él hace. . . ahora bien, este ser maravilloso, todos los inviernos es agredido por personas que al verlos sin hojas piensan que no tienen vida y aprovechan para mutilarlos.

No existe el árbol de ciudad. Nosotros instalamos las ciudades a sus pies, después decimos que nos molesta ¡Por Dios! Tomemos conciencia y protejamos a los seres que nos protegen. ¡Salgamos de una vez por todas a levantar la voz por ellos! Hagamos que los niños repartan estos panfletos. Dios nos lo sabrá agradecer. . .y los árboles también.

¿Los árboles?. . . ¡NO SE TOCAN!

(Perdón, me expresé mal. Se tocan, pero con amor)

¿Cuántas veces tendré que decir lo mismo? Una vez, dos veces, diez veces, mil veces ¡Las que sean!. . . Hoy me pregunto. ¿De quienes son los árboles de la vía pública? ¿De la municipalidad?. . . ¿Del frentista? A mi me parece que son de “Juan de los palotes”, porque a decir de verdad, cada uno hace con ellos lo que se les canta el”¿. . .?” -Bueno, no quiero decir algo que no corresponde, pero- Me da una impotencia. Unos están partidos al medio. ¡Claro!, los cables son más importantes; Otros, podados como frutales, tal vez esperando que “Dé peras el olmo”; Otros diezmados. Verdaderos cadáveres de pie. . . ¿Qué nos pasa? ¿Somos lo únicos que debemos desarrollarnos comos fuimos creado? ¡Por Dios! No seamos tan soberbios. Los árboles “Enanizados”, ni frenan los vientos, ni regulan el clima, ni dan sombra, ni nada. ¡Miremos por favor! y comparemos, a un árbol donde nunca llegó una tijera, éste vive. El otro, sobrevive o agoniza en nuestras propias narices. Me pregunto ¿Si no nos gusta la vida? ¿Por qué no ponemos árboles de plástico, y nos dejamos de joder?

El otro día, un pajarito enojado me dijo esto:

¿Dime?- ¿Dónde me pongo a cantar? ¿Sobre los cables pelados?

No tengo una guitarra eléctrica. . . moriré electrocutado.

¿Qué pasa? ¿Ya no me quieres? Que no tengo un lugarcito.

¡Por Favor! Quiero unas ramas, para hacerme algún nidito.

¡Ya sé! Me tengo que ir. . .y esta vez lo haré muy lejos.

A donde vos me mandaste. . .”A donde duerme el conejo”

NO SOY UN ÁRBOL QUERIDO

(Una plegaria sin voz)

Cuando este mundo agonice, atestado por su hedor

Y pesen nuestras pupilas, bajo el yugo del smog

Volveremos a la fuente, a buscar lo ya perdido

Ese árbol que fue diezmado, de puros desagradecidos.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

He nacido a mi pesar

Donde sé, no soy querido

Y me vez agonizar

Porque estoy de muerte herido.

Mis brazos han mutilado

Y no me dejan vivir

Tal como he sido creado

Para el mundo compartir.

Yo doy sombra, doy la vida

Y purifico el ambiente

Pero soy muy mal mirado

Por ceguera de la gente.

. . . . . . . . . . . .

¡No me quieres! Ya está visto

Aunque jamás te hice mal

Y aunque no se vean mis ojos

Por dentro puedo llorar.

Mírame bien, soy un árbol

No me puedo defender

Pero si tuviera piernas

Me verías de aquí correr,

Y abandonarte a tu suerte

Para nunca más volver.

26-08-11

CARGANDO LAS CULPAS

(Este trabajo lo escribí cuando querían talar los árboles de la avenido “Los Sauces” después que hubo un accidente grandísimo que les costó la vida a dos personas que venían de una fiesta familiar, en una navidad de aquellos años. Un amigo me ayudó, e hicimos mil copias y las colgamos en los árboles.

Al final conseguimos el cometido. Los árboles siguen allí, embelleciendo el paisaje ¡Gracias Paulino!)

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SEÑORES: En un mundo cada vez más contaminado y degradado

No podemos “Darnos el Lujo” de perder un árbol más y mucho menos, hacerlos pagar culpas de algo que no cometieron.

¡Por favor! Démosle prioridad al árbol. El lo hace por nosotros.

Soy un roble, de los tanto, que adornan este lugar

Mas mi existencia peligra, porque me quieren talar.

Vine al mundo de la mano, de un antiguo labrador

Que supo de mi firmeza y con gran visión me plantó.

Supe de vientos, de soles. De inviernos, de primaveras

Y a mi sombra descansaron, generaciones enteras

Estoy cargando las culpas, de algo que no cometí

Muerte, dolor, atropello, que me impedirán vivir.

Hoy me sacan como aquello, que estorba y produce mal

Muchos me ven responsable, de un accidente fatal.

Porque una horrible mañana, fui testigo silencioso

De un loco que provocó, un accidente espantoso.

Mas hoy, en mi agonía pienso, si mi muerte ayudará

A serenar las pasiones, de aquellos que viven mal.

Si he de morir ¡Moriré! Pero muero convencido

Si no hay cambio de actitud, este mundo está perdido.

Si hacen pagar a inocentes, culpas de otros provocadas.

La justicia no es justicia. . . es tiranía obcecada.

Mírenme bien. ¡Soy un árbol! Grito por si alguien me escucha

Se ha cometido un delito. Y estoy cargando las culpas.

02-02-05

EL SAUCE DE LA NOSTALGIA

(Soneto)

Desde mi soledad hoy día te miro

Majestuoso asomando tu melena

En tu eterno gesto, que sin pena

Te hace llorar esas aguas del río.

Recuerdas que a tu ampro sauce umbrío

Amándonos grabamos en la arena

Aquel pacto de amor que hoy me condena

A llorar por su ausencia en el hastío.

¿Qué daría hoy para olvidarte?

¿Acaso fingir que vivo penando?

¡Oh viejo sauce! Quisiera imitarte

Ir por esta vida soñando y cantando

Que el agua del río mis penas aparte

Pero soy un hombre. . . y te sigo amando.

30-06-06

EL VALOR DE UN CORAZÓN

(Fábula)

Cantaba despreocupado un hornerito a la sombra de un robusto nogal, en el amplio fondo de una residencia muy lujosa. Tan contento estaba contemplando su casita recién terminada que casi no percibió, el leve sonido de un Mercedes Benz, último modelo, que a paso de hombre llegó y se ubicó en la parte más sombría que desplegaba el árbol. Hacía mucho calor. El sol de ese noviembre avanzado, arremetía con dureza en esas primeras horas de la tarde.

A los pocos minutos de estar estacionado, al pájaro le pareció escuchar lo siguiente:

- ¡Nada mejor que una linda siesta! Lejos de esa carretera infernal y ardiente que cocina mis neumáticos.-

El pájaro no podía dar crédito a lo que acababa de escuchar. Un automóvil parlante.

¡Vaya que sorpresa! Hay que estar vivo para ver cosas.- Se dijo entre canto y canto- y se dispuso a intervenir en el diálogo con suma curiosidad.

- Tendremos unos días de buen tiempo. . .me parece- dijo el hornerito a esa voz que terminaba de escuchar.

- ¿Qué haces aquí, pájaro desconocido, en este sitial que no te corresponde?

- ¿Por qué dices que no me corresponde?- arguyó el pájaro- Según tú. ¿Cuál sería mi lugar?

- Cualquiera. . . Menos este - Contestó el auto, levantando la voz.

- ¿Por qué me hablas así, con tanta arrogancia y tanta vanidad?

- Te hablo así porque me corresponde- Repuso el automóvil, y agregó - ¿No sabes acaso que mi dueño compró esta propiedad, pagando una alta suma de dinero y dispuso que este sería mi exclusivo lugar los días de mucho calor?

- ¡Vaya! ¿Desde cuándo el mundo tiene dueño?

- Desde siempre pájaro insipiente. ¿No sabes acaso que cada país, tiene una legislación al respecto que acredita la potestad sobre los suelos del mundo?. . . ¿En qué planeta vives?

- Pero. ¡Mira que arrogancia! –Repuso el pájaro- Atribuirse potestad sobre las cosas que son de Dios.

- ¡Mira tú, pájaro intruso y parlanchín! Te voy a explicar como Dios hizo al hombre y le dio potestad sobre los elementos. Tú no vendrás ahora, con tus tozudos chirridos a modificar las cosas, que desde tiempos pretéritos se realizan.

-Bueno. Explícame tú, tu teoría, que luego yo te fundamento la mía.

- Lo mío no es una teoría. Es una norma general; una ley impuesta, después de muchos años de debates y conflictos. . .que bueno sería que comprendas y acates.

- La única ley que conozco y acato es la ley de Dios, que nos dio un lugar a cada ser de la creación. Que nos permite vivir a cada uno, acorde a sus características y posibilidades.

- ¡Bhaa! ¡Pamplinas! Te has quedado en el tiempo. La súper computadora que tengo instalada en mi interior, te explicará, en detalles. Cómo, dónde y por qué, debes transitar por este mundo, sin infringir a las leyes.

- Pues si tu computadora lo sabe que se explique, ya que tenemos toda la tarde para debatir.

Sin más. Una luz azulina, fácilmente detectable, se encendió en el sofisticado panel de control, donde una voz algo metalizada, comenzó una larga presentación:

- Soy Carol. El ordenador última generación instalado en el del módulo Mercedes Benz, modelo 2010, que tiene por efecto controlar, observar y prevenir diversos fenómenos, que puedan obstaculizar en el buen desarrollo de la unidad en cuestión. Mi servicio está en vigencia las veinticuatro horas del día y los trescientos sesenta cinco días del año, bajo cualquier circunstancia. – y algunas cosas más que el pájaro no entendió.

- ¡Baya sorpresa! Es verdad. Existen muchas cosas que desconozco. Estoy hablando con una máquina.

- ¡No soy una máquina!- contestó la voz- Soy un ordenador portátil. Estoy diseñado para responder y resolver cualquier eventualidad que se presente y que altere el normal funcionamiento del rodado, poniendo en riesgo la integridad del mismo y su tripulación.

- ¡Está bien, está bien! - agregó el pájaro- Dime ¿Es verdad que soy un pájaro desconocido?

Demoró la voz en contestar.

- No eres desconocido. Eres una variedad de ave voladora, de hábitos diurnos, insectívoro, que vives en gran parte de América del sur. Denominada zoológica mente con el nombre de FURNARIUS RUFUS, y construyes tus nidos de una manera muy particular que es extrayendo el fango de los pantanos, que con tus picos y patas amasas. Dándoles así a tus viviendas una forma cilíndrica, que por su similitud a los hornos que los hombres construyen para cocinar los alimentos, te has ganado el apelativo de Hornero, comúnmente: Hornerito, en esta parte del mundo.

- ¡Bárbaro!. . . ¡Qué grande! No soy un pájaro desconocido. . . y además, ni sabía que tenía un nombre tan complejo.

-¡Bhaa! Si te riges por el idioma correctamente hablado, ni una palabra es compleja.

- ¡Que bueno! Esto se llama progresar. Dime ahora. ¿Por qué no puedo habitar el mismo árbol que te da sombra?

- No es que no puedas habitarlo. Simplemente mis censores detectan un riesgo potencial, al percibir objetos sólidos que pueden desprenderse de tu rústica construcción y, atentar contra algunos de los delicados instrumentos del rodado en cuestión.

- No te asustes por eso. Tiene que ser muy fuerte un viento para destruir mi casa. Está construida con mucha dedicación y mucho amor.

- Trata de utilizar vocablos más claros y entendibles, desconozco el término “No te asustes” y “Mucho amor”

- Qué contrariedad – agregó el pájaro- Trataré de ponerme a tu altura. Asustar viene de susto. Miedo a algo. Temor repentino. Lo que tú dices: riesgo potencial. ¿Nunca te has asustado?. . . Yo sí, y mucho.

- ¿Qué es eso? Explícate por favor.

- Mira Carolito.

- No soy Carolito. . . ¡Soy Carol! Respeta por favor mi denominación.

- Pero. No entiendo. ¿Eres macho o hembra?

- Ni una cosa ni la otra. Soy un ordenador. No tengo género. Así me construyeron. . . pero bueno, si vamos a profundizar en las cosas de la vida. Te concedo esa licencia.

Nada entendía el pájaro de licencia pero percibió que estaba autorizado a llamarlo por el apelativo por él inventado.

-Mira Carolito. Alguna vez temí por mi vida. Me asusté. Cantaba yo muy tranquilo entre los árboles, cuando de repente escuché un gran estampido. ¡Me disparaban con un arma de fuego! Las balas pasaban zumbando sobre mi cabeza. Huí despavorido. Eran niños con armas que tiraban a matarme. ¿Puedes creer? Los padres habían puesto las armas en sus manos para que salieran a divertirse. Yo así no entiendo este mundo, ¿Armas para divertirse? Ahora cuando los veo, vuelo hacia otro lugar. . . es decir, me asusto. Tengo miedo. Ese día salvé mi vida milagrosamente y puedo vivir para contarlo. Gracias a Dios.

- Escúchame, hornerito amigo. Sigue hablándome de esos términos que no fueron incorporados a mi cerebro como: “Salvé milagrosamente” y “Gracias a Dios”

- Carolito, creo que es imprescindible que ambos aprendamos de ambos. Hagamos un trato, ahora que somos amigos. Yo te trasmito mi conocimiento y tú me trasmites el tuyo ¿Te parece?

- ¡Que bueno! Jamás pensé ser amigo de alguien. Realmente no sabía que existía la amistad. Aunque estoy detectando una gran diferencia entre los dos. Hablamos el mismo idioma pero la base de los términos, tienen distintos orígenes.

- No importa Carolito, aunque al principio nos cueste la comunicación por las distintas formas de expresarnos, ya verás que con voluntad y amor se logran cosas maravillosas. . . y te diré más: Me encanta ser tu amigo y te estoy empezando a querer.

- Hornerito. Explícame tu concepción de la amistad. Yo no la sé.

- Mira, en tu idioma. Es tener cosas en común. Es entenderse por medio de esas cosas. ¡Bhaa!, algo así como es el asustarse o enamorarse. No te apures. Ya te explicaré bien eso.

- Está perfecto. Ya aprenderé. Soy muy rápido para asimilar las cosas.

- Carolito, ahora que somos amigos. ¿Te puedo preguntar algo que recién no me contestaste?

- ¿Qué será?

- ¿Te has asustado alguna vez?

- Mira: Fui construido recientemente, con la última tecnología pero jamás reflexioné eso. En el laboratorio donde inicié mi operatividad, me prepararon para ejecutar mi obra de manera rápida y perfecta. Jamás los ingenieros pensaron que iba a entablar una amistad con un pájaro. Digo con un FURNARIUS RUFUS

- Si Somos amigos quiero que me llames como todos lo hacen, con la bonita palabra Hornerito.

- Es que estoy fundamentando el diálogo pero contigo estoy rompiendo las reglas que manejan mis sistemas. Me estoy transformando y eso destruye los parámetros para lo que fui creado.

- Mejor Carolito, así me entenderás con más facilidad, porque quiero que me expliques ¿Por qué tu auto me llamó, pájaro desconocido e intruso?

- No le hagas caso. Es un soberbio. Piensa que con el lujo que tiene es superior a todo lo creado. . .pero no lo culpes, fue diseñado así. Si al final sus ínfulas no le sirven de nada, casi te diría que es igual que yo, nada más que a el le han puesto menos cerebro y mas caballos de fuerzas.

- Esto sí que no lo entiendo. No sabía que tenía caballos en su interior.

- No te asustes tú ahora. Caballo de fuerza es una medida homologada, por todos los fabricantes de máquinas, destinadas a ejercer fuerza motriz.

El hornerito nada entendía de la palabra homologar pero asumió que eran términos técnicos, que a él poco le interesaba. A lo que agregó:

- Y del hombre, el conductor ¿Qué me puedes decir?

- Casi no lo conozco. Habla lo justo y lo necesario, es decir, todo lo ordena con el control remoto y nosotros cumplimos a rajatabla lo dispuesto, sin poner objeción alguna.

- Es decir. Tienes una vida poco comunicativa ¿No te sientes triste y solo?

- No te olvides, soy un ordenador. Solo cumplo órdenes. Tú me estás enseñando a pensar y estás modificando mi estructura. Me desconozco tanto.

- ¡Qué bueno! Me alegro que cambies tus estructuras. Es tan lindo tener sentimientos.

- ¿Sentimientos?

- ¡Sí! Sentir Carolito. Tener alegrías, tener tristezas, asustarse, amar. No sabes tú cuan bello es tener sentimientos y poder manifestarlo con total libertad.

- ¡Hay! Hornerito. Dices la palabra libertad y siento algo extraño aquí en mis transistores.

- Pero Carolito es lo mejor que me puedes decir ¿Sabes qué? ¡Yo te ayudaré a sentir! Yo le pediré al Diosito que está en el cielo que haga el milagro ¿Sabes por qué? Porque tú te dignaste a escucharme a mi, que solo soy un pajarito soñador, albañil y cantor. . .ah, y desconocido para tu auto.

- Para él eres desconocido. Para mi no. Para mí, ahora eres mi amigo. . .mi gran amigo.

- Entonces dime ¿Dónde está el secreto que te hace tan diferente a él?

- No te olvides que soy de última generación. Casi te podría decir que tengo un cerebro de un ser humano. Me falta, eso sí, lo que tienes tú. Un corazón.

Y esa voz metalizada que lo caracterizaba, se notó algo temblorosa y con un quedo de tristeza.

- Ojalá algunos hombres, con el corazón que Dios les puso en el pecho, tuvieran la capacidad de razonar como tú lo estás haciendo en estos momentos.

- No te burles de mí hornerito. Que estoy sintiendo cosas extrañas y me estoy poniendo “colorado”

- ¡No! Para nada Carolito. Jamás me burlaré de ti. . . ni de nadie. Pero que te pongas colorado es bueno. Quiere decir que estás experimentando un sentimiento.

- Pero me falta lo esencial. Un corazón, como el que tienes tú, o como el que cargan los hombres en el costado izquierdo.

- No importa. Dios sabe obrar milagros. Ten fe, que si te lo propones y lo solicitas con vehemencia y humildad. Dios no te ha de dejar de lado y tarde o temprano te concederá lo que tanto necesitas.

- Tú me sales con cada cosa. ¡Ten fe!, para ti es fácil entender y pronunciarlo, en cambio yo, pongo todo mi instrumental en funcionamiento y me cuesta, por no decir se me es casi imposible asimilar ese concepto.

-Tú lo dijiste. Casi imposible. Quiere decir que ese “casi” es el que te va a salvar Carolito. No te desesperes. . .quiero decir ¡No te asustes! No olvides que: Gota a gota se llena un vaso. Minuto a minuto, se llega al ocaso.

- Eso lo entendí ¡Que bueno! Porque lo dijiste como un verso. Con rima.

- Te propongo algo Carolito.

- ¿Qué será?

- ¿Ves como yo hago las cosas? ¿Cantando? Bueno, es que yo soy más cantor que constructor. Construyo uno o dos hornitos por año, pero ¿Cantar?, lo hago todos los días. Si quieres tú cantamos algo, y en esas canciones pedimos al Diosito, un corazón para ti. Él, sabe valorar a los que luchan y cantan a la vez, el canto es sagrado Carolito, porque el canto es música, y te diré más aun. Según dicen los hombres pensadores “La música tranquiliza a las fieras”

- ¡Gracias! Por lo que a mi me toca.

- ¿Ves? Ya estás empezando a sentir. Aun no hemos cantado y ese término te dolió. Ahí va lo mío. Escúchalo con atención que después me tienes que contestar tú.

Canta el día entre las ramas.

Cuando camina el vientito.

Y yo le canto estas coplas

A mi amigo Carolito.

- Ahora tú. ¡Contéstame!

- No sé que decir. No me sale nada.

- Piensa, razona. Tu cerebro lo sabe hacer.

- Aquí mi cerebro me sirve de poco. Aquí necesito un corazón hornerito.

- Y ¿Por qué te crees que estamos cantando? ¡Canta!. . . ¡Canta!. . .

Aunque el vientito camine

No lo puedo percibir

Pero mi amigo el hornero

Me va a enseñar a sentir.

- ¡Bravo Carolito! ¡Ese es mi pollo!. . .quiero decir: ¡Mi amigo! . . .

Pido a Dios que está en el cielo

Dándoles a todos su abrigo

Le conceda con sus dones

Un corazón a mi amigo.

No importa si es grande o chico.

Si es de vidrio o de metal

Me interesa que mi amigo

Pueda reír y llorar. . .

No terminó el pájaro a entonar esa cuarteta, cuando un rayo cruzó como una saeta el firmamento, produciendo un gran estruendo que al hornerito le hizo erizar hasta las plumas. Al momento nomás, una lluvia torrencial se descargó con tanta fuerzas que el hornerito apenas si pudo llegar al interior de su casita y guarecerse.

Desde el abrigo de su morada pudo percibir como el auto se estremecía cual si estuviera temblando de miedo. Una hora demoró en pasarse la lluvia y al final del aguacero, en el suelo quedaron brillante charquitos de agua, cual ojitos asombrados de alegría que miraban hacia el cielo con una expresión de gratitud.

- ¡Que susto me llevé!- Dijo Carolito con la voz temblorosa y entrecortada- Pensé que el agua nos arrastraba a todos ¡Perdón!, a mi y al auto, porque tú hornerito, bien que la pasaste allí arriba.

- ¡Viste! ¡Viste!, que mi casa es segura. Yo te lo decía ¡Cree en mí! Mírate tú ahora. Estás temblando y eso se nota que no es de frío.

- Tienes razón hornerito. Tuve miedo. Mucho miedo, pero no por la lluvia, estoy preparado para soportar eso ¿Sabes Qué? Tuve miedo de no verte más. Pensé que te habías ido a otro lugar.

- ¿Dónde encontraré otro lugar mejor que el que construí yo mismo? ¡No Carolito! No existe mejor lugar en el mundo que su propia casa, si en ella hay amor y tranquilidad.

- ¡Que alegría! Hornerito. . . No sabes cuanto me agrada saberte aquí, en el árbol que tú me enseñaste a compartir. . .

La voz de la computadora se entrecortó, cual si tuviera un nudo en su garganta de cables y transistores.

- Carolito. Llora si tienes que llorar, no hagas como esas personas que piensan que el llanto es un signo de debilidad, que si Dios te dejó de regalo un corazón, debes usarlo, llenándolo de emociones que te harán más feliz. Ya verás.

- Pero también me da temor.

- ¿Temor a qué Carolito?

- A que se enteren que tengo escondido un corazón y quieran desarmarme para estar al tanto de cómo es. Mira que los hombres quieren saber todo. Nada se les escapa.

- No te hagas problema Carolito. Nadie se va a enterar.

- ¡Lo sé yo! Gritó el auto con enfado. Y muy pronto, todas esas debilidades quedarán al descubierto. ¡Volverás a realizar las tareas como se te ha encomendado! ¿Dónde se ha visto? ¿Una computadora que sienta? ¡Los dos están locos! ¡Tú! Pájaro intruso, volarás ya a buscar otro árbol donde anidar. ¡Tú! Carol, deja de fantasear con corazones de vidrio o de metal ¿Acaso no sabes que la materia es inerte?. . . ¿U olvidas que en el laboratorio se construyeron miles iguales que tú y no tienes derecho a modificar lo inmodificable? ¡Vaya! Tamaño atrevimiento de ambos. Deberé recordarles el reglamento que. . .

- ¡Basta ya! Auto presumido y arrogante. Tú también deberías aprender de Carolito su capacidad de sentir ¿O acaso piensas que el lujo que cargas te durará una eternidad de tiempo? ¡Asume por favor que todos somos vulnerables ante su paso inexorable! Aprende a compartir que es lo más hermoso que hay. . .Mira, te seguro que las leyes que tú dices regulan todo. Jamás podrán regular los dictados de un corazón porque él, responde a un orden superior que está más allá del poder humano. Responde al poder divino y allí esos “valores” materiales carecen por completo de valía. Si bien hoy, transitas por las rutas con todas tus ínfulas encima, no olvides que a cada paso encontrarás obstáculos difíciles y riesgosos que sortear, y que si el conductor que te dirige pierde el sentido y la voz de su corazón, te puedes transformar en un instante en un puñado informe de latas y él en un disgregado cadáver, con el agravante de producir ese mismo efecto en seres que transitan por los caminos como tú y que de pura soberbia pagan culpas que no tienen. Y te diré algo más, por si no te quedó claro el concepto. Mientras Carolito tenga un corazón funcionando en un lugar oculto entre sus transistores, tú estarás protegido. Caso contrario, si le delatas por puros caprichos. Estarás expuesto. Piénsalo. Y con respecto al lugar donde construí mi casa, si no estoy yo, otros vendrán a posarse en este sitio, y solamente matándonos se podrán librar de nosotros. . . y si nosotros perecemos, el mundo entero perecerá. Así es que no te queda más remedio que aceptarme como soy. Un Hornerito que libre ha nacido y libre vivirá bajo las normas que Dios le dio.

Un profundo silencio ganó la tarde. Voló el pájaro a seguir buscando el sustento diario, mientras debajo del nogal, un oculto corazón latía orgulloso entre cables y transistores y, una tropilla de caballos de fuerzas, bramaba con ímpetu bestial al descubrir la ineludible realidad.

Llegada la noche se dispuso el dueño de casa a lucir su lujoso automóvil por las calles de la ciudad pero grande fue la sorpresa al descubrir lo que descubrió. Lo que lo llevó a decir lo siguiente y a viva voz:

- ¡Jaime! ¡Lávame por favor el auto! ¡Estos pájaros cochinos se cagan por todos lados!

No se escuchó ninguna exclamación. Nadie dijo nada. Lavó con presteza el auto el empleado y al concluir la labor, notó sí, con cierta intriga, que la luz azulina del tablero, titilaba a modo de guiño. Sin percatarse que sobre el árbol, en el fondo cóncavo de una cilíndrica casita de barro, un hornerito travieso intercambiaba un diálogo oculto con una computadora última generación, que como él, cargaba un corazón en su interior, dispuesto a seguir ganándose amigos y a mofarse con dignidad de los “valores”, que el hombre cree son insustituibles e imprescindibles en esta vida.

P.D. No interesa cuanto hayas pagado por tu auto, ni cuanto se cotice en el mercado automotriz. Asume sí, que no existe ley en el mundo, ni reglamento alguno que lo exima de la cagada de los pájaros. ¡Gracias a Dios!

EMPERADOR DE LOS ÁRBOLES

(Un canto para el cantor)

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1-Cuando veas un niño matando pájaros ¡Ayúdalo a vivir! Y dile: que de las

“pequeñas maldades”, se forma la gran maldad del mundo.

2-Cuando veas un pájaro enjaulado, mírate tus piernas y pregúntate ¿Para qué las tienes? Eso mismo sentirá el pájaro, mirando sus alas truncas.

3-Cuando sientas un pájaro trinar en una jaula, pregúntate ¿Llorará?

O ¿Cantará para endulzar su amargura?

4-Cuando escuches un pájaro cantar en libertad. . . ponte contento, que él lo está también

Y si puedes imítale y vive como él lo hace, cantando feliz y en total libertad.

Abre tus alas en libertad

Anida donde no te vean

Surca así la inmensidad

Y sé feliz cuanto puedas.

No le mezquines tu canto

A los pesares del mundo

Que es innumerable el llanto

Y los dolores, profundos.

¡Vuela!, que no tienes dueño

Tuyo es el cielo también

Que es hermoso tener sueño

Y hacer un mundo con él.

Yo también tengo los míos

Y no los puedo alcanzar

Cuando miro el desvarío

Que siembra el hombre en su andar.

Arma y desarma las guerras

Cultiva y riega rencores

Pero lo que más me aterra

¡Mueren niños a montones!

Ven con tu canto hacia mí

Demuéstrame como vives

Hazme un poquito feliz

Y que del mal, hoy me olvide.

Ven hacia mi pajarito

No le temas a mis manos

Que mi plegaria es un grito

Pidiendo por tus hermanos

Aquellos que entre unas rejas

Miran la vida pasar

Y sus trinar son las quejas

Que siempre me hacen llorar.

Emperador de los árboles

Hoy mis versos te declaran

Y eres quien en libertad

Sometes por las mañanas

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

A ser feliz, aunque el mundo

No entienda de tu proclama.

31-05-07

Huella Perdida

No alcanzo a visualizar aun, como el hombre podrá vencer las barreras que lo

separan de sus congéneres

-Si da prioridad a lo material, en desmedro de la vida.

-Si impone su fanatismo secular, sin aceptar pensamientos diferentes.

-Si antepone intereses personales, a las necesidades de la comunidad toda.

¿No será hora de. . .?

Dejar de trasmitir a las nuevas generaciones fríos conceptos comerciales, que solo atentan contra su legítima infancia. Llevándolos a ser solo meros consumidores impulsivos de algo que no necesitan.

¿No será hora de. . .?

Mirar a nuestro alrededor y descubrir cuanto residuo insano dejamos sembrado por doquier, atentando contra cualquier sistema de vida

¿No será hora de. . .?

Dejar de levantar hostiles muros separatistas y enarbolar una sola bandera universal, donde; Hombro con hombro; Hombre con hombre, seamos todos iguales. Sin fanatismos, sin predominio, ni autoritarismo. De no ser así. . . Dios se apiade de nosotros.

Esta pequeña burbuja celeste

Gira en los cielos como un tibio nido

Llevando en su seno, muy protegido

El bello reducto de los terrestres

Ella nos nutre con su fértil vientre

Nos da el alimento, nos provee abrigo

Mas el hombre ingrato, en acto fallido

Se muestra locuaz, cruel, irreverente

Mira con desdén el bien que atesora

No mide los actos que lo lastiman

Avasalla el agua, el aire, la flora

En álgidas batallas intestinas.

¡Válgame Dios! Hoy mi verso implora

Que el hombre retome la Huella Perdida.

20-07.06

LA MALDICIÓN DE LOS ÁRBOLES

Jueves 17 de Diciembre de 2009. El calor del verano que se avecinaba, levantaba en el horizonte sur oeste, oscuros nubarrones de tormenta.

Casi todos los que observamos el cielo en San Rafael, sabemos interpretar su mensaje y nos preparamos para recibir uno de los más feroces flagelos que el cielo puede entregar. El granizo. Granizo, que acompañado de viento agua y rugido, llamamos comúnmente “Manga de Piedra”. . . lo que no podemos interpretar bien aun, es el tiempo que durará y la capacidad destructora que puede tener.

Esa tarde, respondiendo a los caprichos de la naturaleza, se agruparon muchas celdas graniceras y conformaron de ese modo, la temible Súper celda. Fue así que ante nuestros ojos asombrados y estupefactos se desató con furia infernal, una tempestad de características dantesca. El agua congelada en el interior de masa informe, se precipitó sin piedad sobre el suelo Sanrafaelino. El viento tomó una magnitud tal que alcanzó ráfagas de aproximadamente 160 kilómetros por hora. Todo era barro y violencia. Esas nubes enfurecidas cargaban en su interior, una verdadera marejada, capaz de cubrir de agua todo el valle nuestro.

Todos corrimos a refugiarnos, a guardar autos; a cerrar puertas y ventanas y salvar lo que se podía. Nuestros “sofisticados” sistemas de defensa, los aviones de la lucha antigranizo, eran minúsculos mosquitos, luchando desaforadamente frente a ese verdadero océano flotante que escupía violencia sin piedad alguna. Muchas manos se plegaron en oración; muchas voces se elevaron en plegaria pero la tormenta estaba dispuesta a concluir su tarea devastadora. Mientras eso pasaba, allá afuera, los árboles eran los únicos seres que exponían su integridad para proteger los dominios del hombre. Viejos carolinos; robustos eucaliptos; corpulentos plátanos; elegantes sauces y un batallón de álamos encolumnados en gruesas trincheras, soportaban con hidalguía ese desigual combate. Muchos murieron; muchos quedaron mal heridos pero muchos también quedaron para testimoniar lo ocurrido. Es de tener muy en cuentas, que de aquellos árboles vencidos, muchos no estaban en condiciones de soportar tan duro esfuerzo, pues algunos de ellos, cargaban crueles amputaciones, con sus ramas flageladas que los inclinaban peligrosamente; con sus interiores carcomidos por las hormigas, muchas veces producto de la falta de agua o por quemaduras de fuegos que los hombres inaprensivos encienden a sus pies.

Al terminar la tormenta y retornada la calma, los que pudimos salir a mirar el desastre, salimos. . . y allí sí, fue vergonzoso lo que pasó; muchas voces se levantaron para acusar a los árboles del desastre ocurrido, puesto que miles de ellos estaban tendidos sobre cables de alumbrado público; sobre viviendas, sobre automóviles y sobre los caminos donde el hombre debe transitar.

-“¡Viste! Yo lo decía. Estos árboles de porquería había que haberlo erradicado hace tiempo. ¡Yo no sé que espera la Municipalidad!”-. . .Y allí comenzó la segunda gran tragedia, que muchos conocen y pocos denuncian. Primero una, después dos, luego varias, más tarde cientos, por no decir miles de motosierras se escucharon bramar. Primero desguazaron los que cubrían el paso, luego los que aprisionaban viviendas, después los que aplastaban cables pero lo que duele y avergüenza en realidad, son todos aquellos que fueron cruelmente sacrificados, por capricho solamente, por no gustarle al dueño de la motosierra su estructura ni su característica o porque veía la oportunidad de hacerse de unos pesos, a costa de su madera.

¡Pobres árboles! ¡Qué ingratos somos los hombres! ¡Qué soberbios y qué inaprensivos! ¿Cuándo aprenderemos a interpretar la verdad y ajustarnos a ella? ¿Será tal vez el día en que los árboles sean inteligentes y cuando venga la tormenta oculten sus copas en el interior de la tierra, olvidándose de los hombres, dejándolos a la buena de Dios? Tal vez. Tal vez ese día, descubramos con pavura que tener árboles no es tener una maldición. Es tener una herramienta perfecta, que bien utilizada nos salva todos los días de una muerte segura. Es cierto. Hay árboles que están peligrosamente implantados, es decir, construyeron la vivienda no habiendo previsto eso o pasando cables en el interior de su ramaje y hoy hay que erradicarlos. ¡Erradiquémoslos entonces! Pero entendamos ¡Por Dios! Que hay que reemplazarlo por otro de iguales características. Jamás tendremos una defensa segura para nuestras comunidades con árboles en miniatura ¡Eso no sirve! Eso es para adorno de un jardín pero nunca para atenuar las tempestades. ¿Somos tan incapaces de construir bulevares equidistantes, con árboles gigantes, donde no pasen cables, y en casos de ser derribados no aplasten viviendas? ¿Somos tan ingenuos, en creer que una ciudad con árboles pequeños está bien protegida? ¡Ilusos! ¡Soberbios y arrogantes! Eso somos. Nos creemos los únicos que somos capaces de solucionar los problemas y así nos va. Priorizamos nuestros intereses económicos y nuestras apariencia y así nos va. De que sirve “festejar” el día del árbol; el día del medio ambiente; el día de la tierra; el día del aire puro. . .el día de la “madre en coche” si después borramos con el codo lo que escribimos con la mano. Si nos rotulamos de ecologistas y los basurales pululan por todos lados, atestados de envases descartables que bien podrían evitarse, si los pájaros con sus trinos parecen estorbarnos, porque siguen viéndose los niños con rifles de aire comprimidos, diezmando las aves porque sus papás se lo compraron para que ellos se “entretengan” ¡No Señores! Ese no es el camino. ¡Así vamos mal! Y por último, quisiera que alguien me contestara esta pregunta: ¿Qué se llevará el viento cuando no encuentre árboles grandes que derribar?

TRISTE AGONÍA

Soy un árbol que ha nacido, a la vera del camino

Y por luchar contra el viento, veo truncado mi destino.

Hoy relato mi tragedia, con mis brazos machucados

Por soportar el castigo, que el clima me ha propinado.

Si me duelen las heridas, confieso, me duelen más

Soportar las injusticias, de esta cruda realidad.

Y no lo digo por mí, que estoy herido de muerte

Lo digo por mis hermanos, que aun viven sanos y fuertes.

Yo ya incliné mi melena, mi rostro en el barro hundí

Pueden cortarme si quieren. Así no podré vivir.

Pero. . . ¡Por Dios! No arremetan, contra los que están en pie

Que ellos harán el trabajo, el día que yo no esté.

Porque esto se repetirá, de eso, no les quede ni una duda,

Y a los hombres dañará, viendo su ciudad desnuda.

. . . . . . . . . . . . Soy un árbol que agoniza, porque el viento lo ha vencido

Y me he ganado el desprecio, por ser robusto y altivo.

Ya no puedo vivir más. ¡Ho Dios! Algo nada más te pido

Que otro árbol como yo. Crezca donde yo he vivido.

27-12-09

PD. Tal vez esta nota no será leída por extensa. . .pero ¡Cuidado! Que la denuncia estará realizada en mi libro:

” Mitos y realidades que viajan conmigo”

Para que las generaciones venideras, encuentren una explicación a los fenómenos meteorológicos que los afecten.

LAS CATALPAS FLORECIDAS

(Poesía)

Admirar la verdadera belleza, e iluminarse el alma con ella, es un don maravilloso que los hombres podemos lograr. No busquemos entonces ese deleite en las ostentaciones materiales que son elementos fríos y aportan poco al espíritu.

Yo no he mirado tu casa

Ni el muro que la protege

Ni he codiciado el lugar

Donde tu mansión emerge.

Tan solo me he detenido

Con el alma enternecida

Para saciarme al mirar

Las Catalpas florecidas

La lluvia primaveral

Besó sus pétalos blancos

Y la brisa se encargó

De esparcirla sobre el pasto.

En su diáfana blancura

Mi alma encontró el sosiego

Cuando recibió asombrada

De este mundo lo más bello

Que es el poder del amor

Trabajado con esmero

Del que tendríamos que aprender

Los hombres del mundo entero.

Ellas se toman su tiempo

Buscando la perfección

En silenciosas jornadas

Que comparten con el sol.

Después, sin hacer alarde

Y con humildad suprema

Le regalan al paisaje

En ramillete de gemas

Las que iluminan el rostro

De aquellos que las admiran

Cuando en Noviembre despiertan

Sus pétalos a la vida

. . . . . . . . . . . . . . . .

¡Ay. . .! de mi alma viajera

Que se enredó entre tus ramas

Para henchirse de nostalgia

En esa tibia mañana.

Cuando al brillo de otros soles

Mis pasos vaguen un día

Brillarán en mi memoria

Las Catalpas florecidas.

07-01-05

REQUIEN DE UN ATROPELLO

Nadie, en este planeta celeste que a todos nos pertenece, queda liberado de la contaminación, si la hubiere. Porque el clima no tiene fronteras. El humo y los gases nocivos no entienden de límites ni de vallas. El agua corre, se eleva y se precipita sin dar cuentas a nadie, ni del cuando; ni del modo; ni del donde va a manifestarse, pues no prevé si va a sobrepasar sus límites o va a menguar su caudal, de tal manera, que a su ausencia, morirán de hambre y de sed todos los que de ella se nutren.

Todos de un modo u otro somos directos receptores de las manifestaciones del clima. Tanto de sus beneficios como de sus perjuicios. No existe verdad más grande que esta.

El hombre hace relativamente poco tiempo que ha puesto los pies en este planeta. Cuando él hace su aparición, la existencia ya pujaba por todos sus rincones; los mares, rebosaban de vida; los cielos, otro tanto y la tierra, temblaba al paso de sus gigantes moradores. Pero llegó nomás ese hombre con todo su potencial. Llegó y husmeó, indagó, analizó y obró. Lo hizo de tal manera, que el resultado de esa acción le pareció una gran proeza. Todo a sus pies se le doblegaba. Primero venció grandes distancias y en su andar, sometió a su antojo todo lo que le cerraba el paso. Todo lo que él creía que le pertenecía, la flora, la fauna, el agua y la tierra. Todo ser que tenía movimiento le rendía cierto culto pero él, no percibía que ese culto estaba teñido de temor, un temor implícito en las especies, que en lo íntimo de su esencia sabían de lo riesgoso de su comportamiento y capacidad. A tal punto fue su deslumbramiento que se sintió merecedor de todos esos ficticios honores. Fue por eso tal vez que presumió de su privilegiada situación. . .tanto, que llegó a pensar que el universo giraba en si derredor. . . y ese fue su mayor error. Pensó que era un dios. Ese dios que todo lo sabe; que todo lo puede. Olvidando en ese trayecto, que él es parte indivisible de un todo y que si ese todo sufre un arremetimiento, él pagaría las consecuencias, como cualquier especie del planeta. Pero a él todo eso, poco le importó, pues cegado como estaba, realizó actos que se volverían contra sí, en el transcurrir del tiempo que rápido corre, como rápido manifiesta los acontecimientos.

Hoy, cuando la flagelación de los actos cometidos por generaciones enteras, muestra su cara más cruel; cuando vemos el nivel de deterioro que sufre el planeta y somos testigos de un mundo separado por intereses diversos, unos como conservacionistas y otros como depredadores compulsivos. No podemos dejar de pensar en aquellos “señores” que aun se creen impunes, dado que la condición económica que han alcanzado, los hacen creer inabordable por las calamidades y se sienten seres privilegiados, protegidos por el poderío de sus gigantes empresas y al amparo de todo mal, en los suntuosas mansiones que han podido construir.

¡Pobre hombre! ¡No sabe donde está parado! La verde luz de sus codiciados billetes que acapara mezquinamente y el brillo enceguesedor de los metales, que arranca y desguaza desde el fondo de la tierra, no le permiten ver que está cavando su propia sepultura, pues así caerá indefectiblemente, como todos, bajo el yugo de su propio accionar. ¿Es entendible acaso para alguien con un poquito de razón, aceptar el atropello que se está realizando con los elementos naturales?

- Miles de hectáreas se arrasan por día de bosque natural, sin tener en cuentas que es la única fábrica de oxígeno que disponemos.

- Gigantescas empresas, que detrás de fastuosas fortunas extraen costosos minerales, contaminando con elementos químicos preciosos ríos de agua dulce, únicos afluentes naturales que nutren pueblos enteros.

- Ciudades inmensas pobladas de inaprensivos habitantes que hacen las veces “atoradero”, donde el agua ingresa limpia y sale de allí imposibilitada de volver a ser utilizada.

- Especies de fauna nativa, sacrificadas inútilmente, detrás de las llamadas “inclinaciones deportivas”, o muertos impunemente siguiendo el negro negocio del tráfico de dientes, pieles, huesos, “investigación científica”, etc. etc. etc.

- Millones de toneladas de pérfidos sobrantes industriales que contaminan el suelo, el aire y el agua, dejados de ex profeso, salvando jugosos balances. Y una lista interminable de atropellos, que desvalorizan la belleza del mundo al extremo de hacerlo peligroso para la vida.

CANTO PARA VOLVER A EMPESAR

¡Basta Ya! Sembradores de barbarie. . . ¡Basta de apropiarte de lo que es de todos! ¿Acaso no veis que el círculo se está cerrando de un modo riesgoso? Yo te pregunto a tí: ¿Dónde ocultareis tus tesoros, el día que las huestes protectoras del mundo llamen a tu puerta a cobrar sus cuentas? ¡Ilusos! Tus acciones tan azarosas te condenan. Las montañas que vaciasteis, con angurria ilimitada, no olvidan el atropello cometido; los bosques que avasallasteis sin miramiento, tampoco. Las bestias que diezmasteis, sin reparo, también tienen ángeles protectores; como la tiene el agua que contaminasteis y la tierra que ultrajasteis. ¡Hombre necio! Aun te quedan alternativas ¡Bajad ya ese copete de soberbia que te has colocado!. . . ¡Arrimaos a la vida con humildad! Que ella allí, sí te espera. Que allí el cielo sigue siendo azul y los océanos conservan su prístino color. ¡No derraméis más petróleo por favor! ¡No te apartes más de la belleza! La vida te dará en abundancia si lo quieres. . .pero no para tí solamente, sino para todos por igual, pues todos somos merecedores de ella.

¡Aprende a vivir! Aun puedes corregir los errores. . .Mañana será tarde.

Hombre que marchas presto por la vida

Y que yergues ciudades imponentes

Asume que entre tanta y tanta gente

No eres más que otra semilla esparcida.

No trates con desdén tanta cuantía

Que para ti dispones libremente

Ama, cuida y protege tu cimiente

Preservando la herencia recibida.

Es de humanos vivir y equivocarse

Como humano también es asumirlo

No ocultes la verdad que eso es negarse

A aceptar lo que es justo y difundirlo.

Lo abundante del mundo está a tu alcance

Más no olvides que debes compartirlo.

10-07-10

TRISTE FRONTERA VEGETAL

(Ensayo)

Muchas veces he denunciado el mal trato que reciben nuestros árboles. Muchas enemistades también me he ganado por decir lo que digo, tantas, que a veces pienso que los escritores y poetas que le cantamos al amor y a la búsqueda permanente de un mundo mejor, lejos estamos aun de concluir nuestra tarea y, en ocasiones, se me antoja pensar que nuestro clamor es como aquella campana de palo, que intenta vanamente hacer escuchar sus sones a un mundo que no quiere oír; que no quiere ver; que no quiere comprometerse, que le molesta que exista una persona de devele los bemoles que existen.

Hoy hablaré, con mucho pesar, del túnel de plátanos que está al ingreso de nuestra ciudad de San Rafael, el que comienza en la calle El Toledano y concluye en la rotonda del mapa, o viceversa.

A todos se nos inflama el pecho cuando hablamos de nuestra ciudad y le decimos al turista, que todo lo verde de nuestro paisaje fue puesto por la mano del hombre que domó los torrentes del Diamante y del Atuel, canalizándolos y llevándolos hasta el mismísimo pie del árbol. Un detalle olvidamos decir: Que hoy el hombre no es tan previsor. Hay otras luces que nos encandilan y miramos para otro lado cuando un árbol se manifiesta, perdiendo precozmente sus hojas, pidiendo algo que no le damos y, eso que no le damos se llama Valor pues muchas veces pensamos que allí donde están implantados, no son más que un atasco, que lo único que producen son hojas que después nosotros quemamos creyendo que es basura.

Sanrafaelinos. . . ¿Han mirado las copas de esos plátanos?. . . ¿Han visto como se encuentran los del costado norte? ¡Hagámoslo por favor! Es una Triste Frontera Vegetal. En sus copas se observa claramente un límite entre la vida y la muerte; en lo que vive y en lo que agoniza, porque los que están en el costado sur, rebosan de vida. Verdes, pujantes, frondosos. Como deben estar todos. En cambio, los del costado norte, agonizan en nuestras propias narices, y no es por la obra de gas tan mentada. ¡No! Esos son los que están cerca de la rotonda. En el costado norte están muriendo de sed. ¡No tienen agua! Porque no está la acequia. . .mejor dicho: está tapada con tierra. ¡Que vergüenza! Y eso que en ese lugar están instaladas unas importantes empresas de reconocimiento mundial, que se atestan permanentemente de turistas.

Ingenieros, inspectores, urbanistas, autoridades ¡Vengan urgente al lugar! Miren, tomen nota y, tomen los recaudos del caso ¡Por favor!. . . ¡Hagan algo!. . . ¡Se mueren nuestros plátanos! Sé que no es tarea fácil. Posiblemente haya que levantar todos los puentes y seguramente, lidiar con algunos frentistas a quienes les molesta las toneladas de hojas que pululan en el otoño-invierno de cada año y que he visto con amargura como arden al pie de la arboleda.

Ingenieros, inspectores, urbanistas, autoridades. Estamos a tiempo, caso contrario, en un par de años, pareceremos ese pobre viejo, sin recursos, que como yo, se ríe a medias, porque le falta la mitad de la dentadura. Marzo 2010

UNA RIQUEZA TRANSFORMADA EN TRAGEDIA

La piel se me eriza cuando observo su majestuosidad. Se me empequeñece la figura y se me agranda el alma ante tamaña mole de piedra. No salgo de mi asombro. Tengo ante mí, una fracción de la Cordillera de los Andes. Límite geográfico entre dos pueblos hermanos que hablan el mismo idioma y cargan historias similares. Columna vertebral de un continente, al que ingenuamente le llamamos “nuevo”. Esta montaña, donde hoy pongo mis trémulos pies, ella, que al elevarse hacia el cielo y extender sus crestas de sur a norte “divide aguas”, más bien diría yo, distribuye equitativamente y sin mezquindad el líquido elemento que alimenta a la humanidad.

Hoy, la riqueza que esconde en sus entrañas, se ha transformado en una tragedia para ella, un rubio metal llamado oro, ha despertado la codicia de sistemas dominantes, que aspiran por su medio, acrecentar el poder que administran, sin medir el costo y las consecuencias de su accionar tan azaroso, pues, grandes lagos de letal veneno, amenazan sus causes virginales. Ahora, me pregunto yo: ¿Dónde queda el valor de la existencia? ¿Valdrá más el oro que el agua? ¿Se justificará morir de sed entre tanto oro?. . . ¡Ilusos!. . . ¡Soberbios! Y ¡Arrogantes! No tenemos otra morada donde refugiarnos. El planeta no tiene fronteras para la vida, como no la tiene para la muerte. El planeta no hace diferencias a la hora de sancionar; al momento de ajustar sus cuentas. ¡Por Dios entonces! Volvamos los ojos a la vida, a la belleza. Aprendamos a alimentarnos del paisaje. ¡Valorémonos! No somos objetos de metal. Tenemos vida pero no tenemos potestad sobre las cosas del mundo, somos parte indivisibles de ellas. Aprendamos a vivir dignamente o sucumbiremos de la peor manera ¡He Dicho!

MONTAÑA MADRE

Montaña Madre. . . Geografía amada

Recibe ¡Por Favor! las sales de mis huesos

Y alimenta otra vida consagrada.

Montaña madre. . .has de mi cuerpo gastado

La cimiente de la perpetuidad.

Nada dejes para mí, porque todo lo he logrado.

Montaña Madre. . . No quiero más

Ya recibí mi bendición.

Un alma que me ha dado Dios

Y el latir de un humano corazón.

18-03-10

UNA CONFUSIÓN CONFUNDIDA

(Ensayo)

En ocasiones los términos que usamos suelen como ponerse de moda, o somos liberales o neoliberales; realistas o subrelistas. . . y así vamos usándolos, muchas veces, me incluyo, sin tener en claro los conceptos emitidos y, peor aun, no ajustándonos de manera cabal a lo que decimos encuadrarnos.

Hoy hablaré de un término muy usado y muy poco puesto en práctica y, e aquí que esta terminología a la que me referiré es esa que llamamos Ecologista.

Llamarse ecologista resulta últimamente, formar parte de un conglomerado de individuos que dicen preocuparse y ocuparse de los problemas medioambientales que acosan de manera hostil nuestro planeta. Bien sabido está que los atropellos que hemos cometidos con él desde tiempos inmemoriales, han ido socavando su integridad, a punto tal que los riesgos que nos amenazan por esos desmanes, son muchos y muy variados. Antiguamente no se conocía el efecto invernadero, ni el agujero de la capa de ozono. Nada se decía del fenómeno de la niña y el niño y otros tantos que sería largo de enumerar pero que hoy tienen mucha vigencia. Soy conciente y entiendo que los ciclos en que se manifiesta el planeta son muy amplios y pueden abarcar varias generaciones de las nuestras, y que una oscilación del clima que puede afectarnos en un determinado momento, puede ser efecto de esos cíclicos y lógicos vaivenes en que se manifiesta la vida de este coloso como diminuto hábitat que nos contiene. Demás está decir entonces que los veredictos que de aquí podemos suministrar nosotros pueden encontrarse con una serie de laberintos tan amplios que desvíen en un alto porcentaje nuestras conclusiones, aunque sabemos bien todos que la defensa natural que en el ayer poseíamos como la forestación, hoy diezmada, nos dejan más desprotegidos y vulnerables por diversos frentes. De ese modo las agrupaciones autodenominadas ecologistas, pululan por toda la superficie del planeta, lo vemos a diario en los noticieros; en sus campañas publicitarias y demás y, bajo esos parámetros nos encuadramos o no. Ahora bien, resulta complejo por no decir complicado, ubicarse en el rol de ecologista y serlo verdaderamente. Y para ello hago el siguiente análisis:

Desde que el hombre da sus primeros pasitos sobre esta tierra, tuvo que nutrirse de ella, consumiendo y usufructuando los elementos que a su disposición tenía. Es entendible entonces que en la medida que las comunidades no pasaban de ser pequeñas comarcas aisladas todo estaba controlado o los efectos que causaban eran mínimos en proporción a lo existente. La problemática se empieza a acrecentar con el tiempo, en la medida que la población humana también se acrecienta, con el agravante que ese hombre carece de medida para saciar su sed de necesidades y también de frivolidades y pocos métodos aplica, en pro de asumir un compromiso en defensa de ese medio tan vulnerable, negándole la posibilidad de ser sustentable en el tiempo. Ahora bien. . . ¿Qué es la sustentabilidad?

Todos tendríamos que hacernos esa pregunta, porque ella en nada más y nada menos que el modo de tomar para sí un elemento de la naturaleza, nutrirse de el y dejar abierta la vía para que ese elemento vuelva a resurgir y se prolongue en el tiempo, de ese modo volver a ser utilizable, cerrando así un círculo virtuoso.

Todo esto parece simple pero es más complejo de lo que nosotros podemos conjeturar. Surgen así en esas disyuntivas el estudio y análisis de los recursos renovables y los no renovables. Sería lógico entonces que ante esas dos fuentes bien diferenciadas de recursos, nos manejáramos con suma cautela y extremado cuidado y de algún modo dar el verdadero valor que tiene el bien a utilizar para no llegar después a los excesos que afecten a ese círculo, pues mirando hacia delante, no nos debemos olvidar tampoco que pertenecemos a un gigante “hormiguero” que se acrecienta de manera vertiginosa y que todos tenemos derecho a nutrirnos de esos, cada vez más escasos elementos. . . pero respetar ese planteo, nos obligaría a despojarnos de varias “cositas” a lo que somos reticentes a perder, y una de ellas es la soberbia, que va de la mano del egoísmo la indiferencia y la mezquindad.

Si hubiésemos tenido la grandeza de apartarnos de esos bemoles que nos acompañan desde siempre, seguramente el mundo sería otra cosa y, hubiésemos invertido ese tiempo hermoso, perdido en inútiles trifulcas y desmanes en indagar y perfeccionar el modo de nutrirnos y la manera de compartir equitativamente esos elementos escasos y prioritarios para la vida de todos. Pero ¡No! Se nos ha pasado el tiempo de conflicto en conflicto, alimentando así nuestras angurrias; perfeccionando armamentos cada vez más letales; armando barreras impugnables y creando litigios, tan nefasto para un bando como para el otro, pero como nos creemos invulnerables recluidos en nuestras “fortalezas” de hormigón armado y sistemas de vigilancia ininterrumpido “el árbol no nos deja ver el bosque”.

No quiero ser “pájaro mal agüero”, pero, sin sentirme el dueño de la verdad voy a dar una sentencia: Podemos jugar con las cosas; podemos jactarnos de usufructuar a nuestro antojo los elementos que tenemos a mano sin reparo alguno. . . muchas cosas podemos hacer. . . pero lo que no podremos hacer hoy ni nunca, es jugar con la vida, pues la vida, a la corta o a la larga se cobra bien cobrada esos desvaríos ¡Por favor! pensemos eso.

Aun así, hoy seguimos enfrentados en nuestras diferencias y malgastamos por ambos lados ese tiempo hermoso que podríamos utilizar en buscar una salida a los grandes problemas que se nos avecinas de manera estrepitosa. Daré algunos ejemplos somerísimos, sin extenderme mucho en cada uno de ellos que necesitarían un análisis extenso, minucioso y profundo.

La producción energética: Urge llevar energía eléctrica a las ciudades cada vez más pobladas y extensas. Ya no dan abasto las centrares generadoras, ni los métodos que se ponen en práctica. Por un lado el exceso de carbón que se quema para abastecer algunas termoeléctricas, está reduciendo su stock de manera alarmante, sin contar las montañas de cenizas que se acumulan.; los diques de contención que construimos sobre los ríos para producir energía hidroeléctrica, con el tiempo quedarán obsoletas por los sedimentos que ellas acumulan.

Las centrales nucleares tan cuestionadas, de alguna manera consumen elementos tanto caros, escasos como peligrosos.

Nos quedan sí las eólicas, las solares y otras que desconozco que están dando sus primeros pasitos y aun son mínimos los aportes que pueden realizar al sistema.

El Petróleo: Nada más caro para la vida del planeta por ambos frentes. Uno, por los conflictos que ocasiona su tenencia que trae aparejada grandes diferencias sociales, con comunidades y personajes extremadamente ricas y poderosas; a diferencia de aquellos que no lo poseen, que pagan carísimo su utilización y, la otra, la contaminación que su consumo excesivo produce, sin contar los enfrentamientos que ha despertado, donde se ha quemado y derramado inútilmente cantidades astronómicas, produciendo lo que todos conocemos como la marea negra y la polución propia de su ignición descontrolada. Párrafo aparte sería analizar qué incidencia real puede tener el efecto que ocasionen el la consistencia de las placas tectónicas, los grandes vacíos de gas y líquido que por más de una centuria hemos producido bajo la planta de nuestros propios pies ¿Tendrán algo que ver con los fenómenos telúricos que últimamente nos han asombrados a todos? Creo que tendríamos que evaluarlo.

La deforestación: Sin valorar ni tener en cuenta lo esencial que para la vida es la producción de oxígeno y el equilibrio atmosférico que éste aporta, se ha diezmado por siglos la vida vegetal. Han desaparecido de la faz de la tierra sus grandes selvas vírgenes, y a duras penas sobreviven pequeños pulmones verdes, resto de aquello que parecía interminable y que aun así, hoy no dejan de ser acosadas por un ejército de motosierras aprestas a continuar con su macabra tarea. Las pasteras, devoradora de árboles, ya no encuentran lugar en el mundo donde instalarse y su sola presencia despiertan también conflictos de valía.

Los residuos industriales: Tal vez los balances de las grandes empresas, se verían reducidos en sus rentabilidades, si se ocuparan parte de esas utilidades en estudiar y poner en práctica el reciclado y tratamiento de los residuos que producen, remediando sus pasivos peligrosos para la vida y no dejándolos librados al azar, atentando de esa manera inescrupulosas el bienestar de todos, también el de ellos.

Puedo llenar este libro de opiniones, pues, puedo hablar de los agroquímicos y el modo erróneo y primitivo que tenemos para ampliar nuestras fronteras agroindustriales, pasando por los componentes tóxicos que utilizamos allí, como los herbicidas, funguicidas, fosforados de todo tipo, etc. etc. Puedo hablar de la caza indiscriminada; del tráfico de la flora y la fauna y un listado interminables de atropellos y desmanes que también a diario se cometen, pero me voy a detener en algo que en la actualidad da mucho que hablar.

La minería: Tema este, que no hay que dejar de debatir ahora ni nunca. No soy un especialista en la materia. Tengo una baga idea que existen diversos modos de extraer de la tierra los elementos que necesitamos todos y los conflictos que su desarrollo o puesta en práctica conllevan también son muchos.

Los pueblos se levantan en masa ante los imponentes emprendimientos mineros que intentan instalarse.

Quienes tenemos la oportunidad de vivir a la par de una cadena montañosa y que nos nutrimos del agua de sus afluentes, conocemos bien esos detalles ¿Qué hacer entonces?. . . Yo lo sé: Interesarnos. Y para ello tenemos que entender sus procesos lo más posible y no sólo eso, sino asumir el valor del bien a utilizar y aprovecharlo en su justa medida, tratando de afectar lo menos posible al medio y dando prioridad siempre a la vida.

Me podrán alegar algunos y, con justa razón, diciendo: Para poder extraer de allí ese material se necesita entre otras cosas, tener la tecnología, el conocimiento y el capital, algo que muy pocos poseen, por lo que tenemos que caer en las manos de las multinacionales que no se mueven, si no, por suculentas ganancias. Está bien, es así. . . pero ante esas eventualidades hay que hacerse varios planteos.

Primero: Recurrir a una lista de prioridades, diciendo: ¿Cuánto nos urge extraer ese material?. . . ¿Y para qué? En caso de serlo ¿Qué modo utilizaremos? ¿No lo sabemos? Recurramos entonces a los especialistas, ellos nos darán las variantes.

Segundo: ¿Quiénes realizarán la tarea y en qué condiciones? ¿Quiénes realizarán el estudio del impacto ambiental? ¿Cómo lo informarán?

Tercero: Bajo esas condiciones ¿Es rentable realizarlo? ¿Se justifica dragar la montaña y destinar esa cantidad de agua tan necesaria para la subsistencia?

Cuarto: En caso de ser rentable ¿Cuánto de esa rentabilidad reinvertiremos en el perfeccionamiento de nuestro capital humano y en la conformación de una estructura económica para in en búsqueda de nuestra propia independencia estructural? Repito, no soy idóneo en la materia pero alcanzo a entender que en cualquier explotación minera, no se encuentra en las entrañas de la tierra un solo elemento y cada uno de ello ha de tener un proceso diferente para su localización y depuración y, algo que es fundamental tener en cuentas. Su Valor. Porque al momento de adjudicar a una empresa cualquiera su explotación y administración, todo eso debe contar. Sí o sí. Caso contrario dejemos las cosas como están, hasta el momento de ser capaces de realizarlo, no vaya a ser cosa que terminemos pagando para que otros se hagan un pingüe negocio a costa del patrimonio que a todos nos pertenece y encima nos contaminen.

Esta es una brevísima síntesis de mi opinión con respecto a una problemática que estoy harto de ver y escuchar. Grandes carteles que rezan: ¡Agua sí! ¡Minería no! Y nos rasgamos las vestidura, diciendo que esas grandes manifestaciones humanas están movidas por diferentes agrupaciones ecologistas, que para mi entender, para ser verdaderos ecologistas tendríamos que modificar varias cosas entre ellas (perdónenme por emplear una frase poco catedrática) sacarse los teléfonos celulares de las verijas. ¿Cómo voy a estar diciendo ¡No a la minería! si me estoy nutriendo de ella? No se entiende. Si un altísimo porcentaje de los elementos que a diario manejamos son extraídos de ella o si no, miremos un poco a nuestro alrededor ¿Con qué se construyen nuestras viviendas?

¿Y nuestros automóviles? ¿Con que los hacemos funcionar? Nuestros sofisticados artefactos domésticos que hacen a nuestro confort ¿De dónde sale? No seamos hipócritas entonces. No nos engañemos nosotros mismos.

Sé y entiendo que muchos me dirán: estamos en contra de la minería contaminante, de la otra no. Para ello les contesto. Toda acción del hombre produce un impacto en el medio, y le agrego más. Lo que daña a nuestro hábitat es nuestra inercia; nuestra falta de voluntad para analizar las problemáticas y asumir un compromiso real que demanda sacrificios y perseverancia, y algo más aun. Nuestra propia moral. Porque si se instalan en nuestro país empresarios inescrupulosos que desguasan y ultrajan nuestros recursos, de cualquier índole que poseamos, es porque el sistema corrupto se lo permite y no sólo eso, sino que pacta con ellos, movidos por la avaricia desmedida; usufructuando aquello que es de todos para acrecentar asquerosamente sus arcas sin medir el daño que su accionar tan azaroso produce en el medio, dejando terribles secuelas que muchos conocen y pocos denunciamos.

¡No por Dios! No es mi intención del enfrentamiento por el enfrentamiento. No estoy diciendo que todos los empresarios y todos los gobernantes lo sean. Estoy diciendo que ser ecologista va un poco más allá; donde convergen la honestidad y la prudencia. Donde el hombre se mira así mismo y se reconoce parte de un sistema que no debe mal formar y para ello tiene que ser acompañado de la moral, la justicia y la equidad, herramientas estas que entre otras le ayudarán a mirar el futuro con menos desconcierto y los espejismos traicioneros de sus acciones no lo confundan más en este mar de confusiones. He dicho. 14-03-11


 
 
 

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